Koraj, y el uso profanador de la Torá.

Esta semana toca la Parashá Kóraj (Bam. 16:1-18:32), que nos habla de cuando Kóraj lideró un intento de rebelión contra Moshé y Aarón que acabó con su propia vida y la de sus seguidores.

El Midrash Tanjuma (Kóraj 2) aprovecha que la parashá anterior terminó con la mitzvá de tzitzit para transformarla en el argumento de ataque de Kóraj a Moshé disfrazado de discusión halájica.

Dada la obligación deoráita de que todo tzitzit tenga un hilo tejélet (una variedad de azul), Kóraj pregunta «Si un talit es todo color tejélet, ¿uno no queda exento del requisito de tzitzit?». Y Moshé responde que no; que igual hay que cumplir con el precepto de tzitzit.

Kóraj intenta llevarlo al terreno de una racionalidad absurda: si uno cumple con la obligación de cuatro flecos de tejélet,¿no estaríamos cumpliendo aún más si el manto completo es de ese color? Pero él no termina acá la discusión.

Kóraj continúa: «Si una casa que está llena de sifrei Torá, ¿estaría exenta de tener mezuzá?”, a lo que Moshé responde: «Igual debe tenerla».

Y Kóraj sin contentarse retruca: «¿Cómo es que una Torá completa no alcanza para eximir a la casa, y sin embargo, los dos párrafos de Torá específicos que están en la mezuzá sí?»

Kóraj intenta llevar a Moshé a un callejón sin salida, aparentando una gran sabiduría, y poniéndolo en ridículo a Moshé delante de la gente para desprestigiarlo y tratar de suplantarlo.

Esto nos lleva a que la Torá está para llevarnos a una vida más santa, ética, elevada y pura, no para atacar, justificar agresiones, disfrazar ambiciones de poder, dominación, opresión y expansión a expensas de otros; y mucho menos es un arma para llevar agua para el molino propio y lastimar, humillar, denostar o atacar a otros en disputas de egos o ambiciones de poder.

Kóraj no sólo pereció por pretender atacar a Moshé como enviado de D´, también al intentar prostituir la santidad de la Torá para su objetivo de engrandecimiento personal se volvió un profanador de la Torá y por lo tanto un profanador de la Santidad de su Autor, D´ Mismo.

Que aprendamos a reverenciar la Torá como guía y camino, y evitemos profanarla usándola como arma de agresión a otros o instrumento al servicio de espurios intereses personales.

Shabat Shalom umeboraj.

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