Esta semana tenemos una seguidilla interesante, Rosh haShaná e inmediatamente después Shabbat Aazinu (Dev./Dt. 32:1-52, el poema final de Moshé Rabeinu (“Nuestro Maestro Moisés”) de despedida al Pueblo antes de morir.
El mensaje es claro y contundente: en el seguimiento o no de las normas éticas y sociales de la Torá y en la fidelidad a A´ como Única Roca se juega el sentido último de nuestra existencia (“Ved ahora que Yo, Yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y Yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano. Porque Yo alzaré a los Cielos Mi Mano, Y diré: Vivo Yo para siempre”, cfr. Dev./Dt. 32:39-40).
Imágenes y metáforas aparte, el final es un resumen bien claro: “Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días” (Dev./Dt. 32:46b-47ab).
No hay mayor magia en todo esto: cómo elegimos vivir como personas, como familias, como comunidades es lo que siembra la semilla de lo que terminaremos siendo. Y los caminos que tomemos y cómo nos portemos con el prójimo van a afectar en qué nos vamos a terminar convirtiendo.
Podemos elegir sembrar Justicia o injusticia, pero no podemos escapar las consecuencias del tipo de tipo de sociedad que ayudemos a construir.
Sin embargo, siempre podemos (como en la renovación de los años cada 1° de Tishrei), elegir ser actores de una nueva creación.
En la metáfora (o realidad en un nivel más profundo) de la renovación de la Creación cada Rosh haShaná se esconde la enseñanza de que siempre es posible recrear el pasado, rectificar nuestras injusticias, ser agentes de libración y no de opresión, de vida y no de muerte, de paz y no de conflicto como personas, como familias, como comunidades, como Pueblo, como Humanidad.
Que cuando termine este año tan lleno de tragedias y comience un nuevo año grávido de promesas, se cumplan las palabras del pizmón “Ajot Ketaná” (אחות קטנה, “Pequeña Hermana”) que abre las tefilot de Rosh haShaná en muchas tradiciones sefardíes: “תכלה השנה וקללותיה ,תחל שנה וברכותיה” (“Que termine el año –saliente- y sus maldiciones, que comience un año –entrante- y sus bendiciones”).
שנה טובה ומתוקה!!
