En nuestra tradición, los 10 días desde Rosh haShaná y hasta Iom Kipur se llaman los “Aseret Imei hTshuvá”, “Los Diez Días de Arrepentimiento” como preparación para Iom Kipur como Día de Expiación.
Nuestros Jajamim nos enseñan en Yomá 8:9 que “Las transgresiones entre el hombre y D´, Iom Kipur las expía. Las transgresiones entre el hombre y su prójimo, Iom Kipur no las expía hasta que el prójimo sea aplacado.”
El Rambam (Hiljot Teshuvá 2:9) profundiza y dice que no basta pedir perdón a D´en el rezo; debemos buscar personalmente a aquel a quien ofendimos, pedir su perdón una y otra vez si es necesario, hasta que el corazón se ablande.
Esto nos recuerda que el ayuno, el rezo y la solemnidad de Yom Kipur son poderosos, pero incompletos si no acompañamos este día con el gesto más difícil y transformador de tener la humildad de reparar el daño humano que causamos.
El mensaje es claro: no podemos pedirle a D´ que nos perdone si no hicimos las paces con las personas a quienes lastimamos. Iom Kipur no es una lavadora automática de transgresiones, es un llamado a la reconciliación, a devolverle la dignidad al otro, y a limpiar el corazón de resentimiento.
Así, el ayuno deja de ser un mero ritual y se convierte en una verdadera liberación espiritual.
Shabat Shalom umeboraj!!
